¡Sí le pago a Couchsurfing!
Por Couchsurfing, Esteban Ortiz nos hospedó a Marina Guetto y a mí en su casa con su hermosa familia en Bogotá, Colombia. CIUDAD DEL CARMEN, El Carmen, Campeche, México.- P agué en couchsurfing porque no es una moda de instalar una nueva aplicación y ya, a mí sí me sirvió la “promo” que te dan de seis meses de mensajes ilimitados cuando recién te suscribes y alojas personas. En el viaje me di cuenta que con mucha paciencia y optimismo siempre conseguía anfitrión o “couch” en el argot mochilero. Luego cuando se fue esa maravilla promocional no lo sentí tanto porque a la vez me quedé sin teléfono celular y tuve que verlo como un reto. Estas “desgracias” para mi fueron pruebas de resistencia que salté sin problema y hasta me agradó estar así, bueno, eso fue en el retorno a México desde Colombia. Antes al principio, esa idea de regresar a mi patria estaba un poco distante pero luego de acontecimientos fantásticos y muy difíciles de entender al principio también, la idea del