Couchsurfing

Las mochilas están listas

CIUDAD DEL CARMEN, El Carmen, Campeche, México.- El 4 de noviembre en la noche una notificación de Couchsurfing en la bandeja de correo electrónico me avisaba que Vero, Max y su mamá Carmen, estaban en la Isla y me solicitaban alojamiento.
Así fue como pasé una de las mejores experiencias que duró una semana en compañía de estos chicos argentinos gracias a ésta página web que hace 10 años aun no contaba con una aplicación para el teléfono.
Antes de continuar el relato te invito también a suscribirte a Couchsurfing, ya que es una gran manera de que te animes a salir a conocer el mundo escuchando relatos en persona de los viajeros que lo están haciendo.
Convirtiéndote en anfitrión puedes recibir a gente que va de paso por tu ciudad y busca alojarse de forma gratuita pero también conocer más de cerca ese lugar de la mano de un local como tú. Más adelante explico algunos detalles de esta aplicación. 

SEMANA ARGENTINA 
Esa noche llegaron Max, Vero y doña Carmen hasta la puerta de la casa guiados por mi ubicación que les mandé por WhatsApp luego de un intercambio de números de teléfono, por medio de Couchsurfing.
Ese día no era de los mejores porque tenía un collarín puesto a causa de un dolor de cuello matinal por una clavícula desacomodada por mala postura.
Max estaba al volante de la camioneta Kangoo que los traía desde Sabancuy ese día; desde mi balcón me di cuenta que eran ellos y le hice señas a él para que aguardara hasta que bajara del departamento donde aún vivo mientras escribo esto.
Mientras bajaba las escaleras me imaginaba el recorrido hecho por ellos guiados con Google Maps desde Plaza Palmiras, un centro comercial que está a una hora a pie desde mi casa en Ciudad del Carmen, Campeche, por alguna razón sentía que para un foráneo debe ser genial llegar a donde pones la marca en la pantalla del teléfono.

LA PRIMERA NOCHE 
Luego que bajaron algunas cosas de su camioneta y subieron a casa desde mi cajón de estacionamiento asignado dentro del fraccionamiento donde estacionaron la Kangoo, durante la cena que prepararon varias veces sentí dolor de estomago pero no por la comida que estaba deliciosa, sino por las risas de lo divertido de la plática.
Las historias de cada uno fueron increíbles, su estadía en el Amazonas por dos años y sus viajes por Centroamérica viajando y viviendo en la camioneta era como una película que mi mente creaba dentro de mi cabeza.
Antes de seguir debo admitir que ellos colaboraron muchísimo, sino es que casi con todo con la comida ya que no contaba con mucho en el refrigerador; sin embargo, Max preparó todos los días desayunos exquisitos. Él era el primero en levantase y se apoderaba de la cocina haciendo deliciosos platillos donde la fruta siempre estaba presente junto con un café chiapaneco.
Max me narraba historias de sus viajes todas mañanas mientras cocinaba de una forma magistral para los cuatro.

MACRAMÉ 


"Te comés hasta el último grano de arróz"
Aunque yo recordaba un poco de tejido de macramé que aprendí cuando tenía seis años, estaba muy lejos de hacer las hermosas creaciones que hacen Max -que también domina el alambrismo y la filigrana- y Vero para costear su viaje.
Vero me enseñó a tejer y junto con Max tuve todo el conocimiento para iniciarme en el mundo del macramé, esto mientras doña Carmen también aprendía como yo.
Doña Carmen, una catedral de conocimiento, compartió sus costumbres y hasta el último detalle de la escancia de ser argentino en un país ajeno donde sepultó para siempre la errónea concepción que tenía que los argentinos son personas nada amigables.
Conviviendo con ellos día y noche, bebí mucho mate y me hice una idea más realista de lo que es su vida que también me aportó más información de la que había conseguido en mis obsesivas búsquedas en internet sobre vivir viajando.
La despedida

Por primera vez fui cebador


LA APLICACIÓN  
Couchsurfing forma parte del viajero, imagino que funciona en parte como encontrar un oasis en el desierto o una cueva en la montaña. El proceso es simple, te suscribes como anfitrión o viajero y ofreces hospedaje pero también puedes solicitar alojamiento.
Gonzalo y Micaela, unos muralistas argentinos que viajan a dedo por el mundo y están por lanzar su blog, me narraron a detalle cómo por falta de experiencia puedes agotar las solicitudes para pedir hospedaje en la página y en su aplicación, apenas esté listo su post lo dejaré aquí para compartirlo. Por ejemplo ellos trabajan en equipo cada uno desde su cuenta y duplican las solicitudes para ser más eficientes.
Para quienes estén pensando en viajar -como yo-, estos chicos me aconsejaron mandar solicitudes con varios días de antelación a la fecha programada para estar en determinada ciudad.
En cuanto a la seguridad, bueno, yo he alojado viajeros y nunca me he sentido inseguro, incluso fue en mi casa cuando Max, Vero y doña Carmen se hospedaron por primera vez usando Couchsurfing.

Comentarios

  1. CouchSurfing es una herramienta super genial, pero es mas que todo una comunidad virtual en la cual puedes interactuar con sus habitantes al recibirlos u hospedarte con uno. Para mi ha sido toda una aventura.

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