“Pasé por el Darién”


Mientras pasaba el Darién,
por cinco días notaba tu ausencia
pero a un parpadeo
sentía tu presencia.

Me enamoré del mar Caribe y la selva,
me enamoré del amor y la tierra,
me enamoré de los brotes de hierva,
me enamoré del río y sus estrellas,
me enamoré de tu "shloss" y el "shluz",
no sé si me enamoré pero me enamoré... pero NO de las fronteras,
su reglas y sus éticas,
sus falsas y sus métricas,
sus dogmas y sus moles,
sus proscritos y sus perras;
del Amazonas también me enamoré...
tus ojos me hacían sentir
-al mismo tiempo y en el mismo espacio-
en el cielo y en el piso,
en la montaña y en la isla,
en la ruta y en la carpa,
en lo más alto o en el fondo,
en el hoy, ahora, en lo que cuenta.

Entre la jungla la serpiente,
entre los arboles las aves,
entre la tierra deslizándose el "schneche"
en mi corazón tu recuerdo,
en mi frente tus lentejas con curry por la tarde y avena en la mañana.

Negociando sellos de la "migra",
"platicaándote a manes" en el muelle,
haciendo amigos en la adversidad,
haciendo vida en lo “imposible”,
poniendo fuerza en lo “prohibido”
“fantasmeando” en las rutas difíciles,
soñando que vives o viceversa.

En bote de Colombia a Panamá si se puede,
se puede más “a dedo” también,
legal y en “buen pedo”,
se puede porque la gente es más buena,
se puede porque hay gente de verdad,
se puede porque es un paraíso,
se puede porque tiene tu hechizo.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Haciendo “hitchhike” en el Amazonas

Viajando 24 días en la ruta de Perú

Crucé el Darién de Colombia a Panamá a dedo… ¡y sobreviví!