Centroamérica unida, un paso al progreso
El comercio informal es una de las principales actividades económicas de la gente de El Salvador que diariamente se ganan la vida |
EL REFUGIO, Ahuachapán,
El Salvador.- La idea de una Centroamérica unida, expresada y detallada
en un foro guatemalteco por Nayib Armando Bukele Ortez, candidato a
Presidente de la República de El Salvador, fue el motivo para hacer este post
ligado a la vida política y social de esta parte de América vista desde los ojos de este extranjero, un viajero que ha recorrido las carreteras de estas naciones marginadas y dividas por inadmisibles
fronteras impuestas por malos políticos, no por las personas que son lo más valioso de sus fértiles tierras.
En este link, Bukele Ortez explica detalladamente su
idea de la unificación de los siete países centroamericanos que conforman la
tercera parte de este continente y que juntos se convertirían en una potencia económica
que los colocaría en los primeros lugares del mundo.
El ex alcalde de San Salvador, sostuvo en su intervención en septiembre
de este año en Esquipulas, Guatemala, que este proyecto es clave para frenar la
salida de hispanoamericanos a Estados Unidos partiendo de la idea de retirar
las fronteras entre los países que pasarían a ser departamentos o estados,
eliminando así los absurdos aranceles de importación que tiene por ejemplo El
Salvador, que frenan el desarrollo económico para los pequeños emprendedores. Para
la elaboración de cerveza, las maltas no se cultivan en El Salvador pero
importarlas es sumamente caro, no solo por los costos de transporte y
almacenamiento, sino por el cobro de elevados impuestos en las fronteras, un
freno para todo cervecero con ideas de emprendimiento.
Pobre política
En mi paso por Belize, Guatemala y ahora en El Salvador, me
doy cuenta hablando con la gente, el pulso de cada país, que las políticas públicas
que han implementado los diferentes gobiernos de Centroamérica no benefician
mucho a sus ciudadanos, por lo menos no de estas hermosas naciones pues la situación
es en algunos casos, incluso más complicada que en México.
Más allá de hacerle publicidad a Bukele Ortez, un político
absorto en su campaña para convertirse en el próximo primer Ejecutivo de El
Salvador en febrero de 2019, este post pretende hacer una reflexión sobre la situación
política de esta parte de América, que de unirse abriría la puerta para un desarrollo real a
su gente.
Los discursos se quedan en el aire pero las acciones son las
que cuentan, no basta con limpiar una calle de vendedores o enarbolar banderas políticas
con ideas radicales, se deben concretar.
Somos iguales
En estas tres semanas de viaje, me he dado cuenta que mi país
junto con los tres en los que he recorrido sus carreteras, pueblos, ciudades y
cruzado sus fronteras, comparten no solo costumbres, idioma, tradiciones o cultura,
sino también para nuestra desgracia, a políticos y gobiernos que no han
mejorado sustancialmente la calidad de vida de la gente.
Aunque la política fue parte de las cosas que quise dejar
atrás en mis textos, me la encuentro en todos lados a donde voy, la mayor parte
en forma de publicidad basura en las calles, que no significa otra cosa más que
recursos mal invertidos y gobernantes que piensan primero en perpetuarse en el cargo antes que abolir los
principales problemas que tiene su pueblo. De donde vengo las cosas no son muy diferentes.
El poder
Bukele Ortez se perfila como el candidato de la
esperanza en su país, muy similar a Andrés Manuel López Obrador, actual Presidente
de México, que ganó con alrededor del 70 por ciento de los votos de la jornada
electoral del 1 de julio de este año.
Acorde con relatos de personas de todas las clases sociales,
las acciones del también empresario salvadoreño cuentan con el respaldo de
muchos en su nación, ha gastado muy poco
en publicidad y hace más proselitismo en redes sociales; su idea de unir Centroamérica
cuenta con mi aprobación total, pero la propuesta de aprobarse, le restaría
poder a los gobernantes de cada Estado “unificado”, algo que desgraciadamente
no será fácil resolver a corto plazo, ni siquiera por las generaciones “milenials”,
ni mucho menos por los futuros “delfines” hijos de políticos que siempre
heredan el poder y las asquerosas mañas de sus padres también.
Por mi experiencia haciendo periodismo en mi país, no hay que
olvidar que las disputas de poder en la política no son movidas por la causa
social, sino por dinero y poder, eso para infortunio de nosotros, los de pie,
el pueblo que está abajo -en la pirámide- así es siempre, no ha cambiado desde
que existen las naciones y los imperios conocidos... y no parece que vaya a cambiar.
No me cansaré de admirar y mencionar la magnífica riqueza cultural
de las naciones en las que mis sentidos han degustado su vasta e inigualable
cultura y que por lo tanto merecen gobernantes honestos y comprometidos con sus
ciudadanos, no más de lo mismo.
Comentarios
Publicar un comentario